jueves, 21 de enero de 2021

El Covid-19 y la vida de algunos atletas

 

el fitness, contare dos historias para reflexionar y el fisicoculturismo es parte medular de estas personas.

El primero de ellos se llama Josué, padre de dos hijos uno de 12 y una niña de 6 años, era el encargado de un gimnasio en un municipio del departamento de Guatemala, uno de los mas densos poblados, su vida transcurría con un salario de por lo menos 2 mil quetzales, se rifaba la vida vendiendo suplementos y dando personal bajo el agua a sus clientes, pues su jefe no se podía enterar, además había tomado la decisión de estudiar el bachillerato por madurez esto para cambiar su realidad.

En marzo cuando inicio la pandemia, Josué recibió la noticia de su jefe que iba a cerrar el gimnasio primero por la pandemia y segundo porque habían llegado llamadas donde lo extorsionaban,  desde esa fecha dejo de entrenar, asi que su jefe le dio las gracias y con un apretón de manos y sin darle mas que una quincena incompleta le dijo haber que haces,  como buen chapín, padre de familia y proveedor del sustento diario, Josué empezó a trabajar con un familiar el cual le proveía un pago de 50 quetzales diarios.

Con apenas lo necesario para vivir el y su familia paso 8 meses y haciendo negocios para pagar los servicios, su esposa desempleada desde hace mas de un año, hacia lo posible también por conseguir el sustento diario, la primera semana de diciembre Josué, pintado una casa cae del 2 nivel y se fractura un brazo, y al ir hospital le dicen que es la muñeca y que tendrían que operar y usar clavos, para reconstruir la misma, sin embargo una mano amiga lo lleva a otro hospital nacional y le dicen que solo es una fractura de brazo y que tendrá que usar el yeso por un mes.

El Segundo caso es Daniel

Este  joven de origen extranjero pero más guatemalteco que el tamal y la cerveza, trabajaba en una litografía la cual debido a la pandemia cerro sus puerta, a este tampoco le dieron explicaciones solo le dieron las gracias y hasta pronto,  Daniel estaba separado, vivía con su mamá, durante mas de 8 meses vivió sacando trabajos en imprentas, para su alimentación y poder entrenar una vez por semana, su vida empezaba a cambiar cuando lo llamaron para trabajar en una imprenta de manera formal y tener un salario de aproximadamente 4 mil quetzales al mes, todo empezaba a cambiar cuando a su mama le dio COVID y como consecuencia tuvo que cuidarla pues era el único con el que la señora vivía, como consecuencia la empresa que lo contrato le dijo que siempre no gracias.

Ahora Daniel, no tiene trabajo, nuevamente y seguirá buscando asi como Josué… por que si de una cosa estoy seguro el convid, los problemas económico  y todo lo que venga no podrá vencer a quienes a pesar de todo aman el fisicoculturismo,  porque a pesar de la adversidad, de no tener ni para comer, de no tener quien te de ánimos o palabras de esperanza se han forjado con el hierro y con el sudor de un deporte que exige disciplina y dedicación pero a la vez temple y perseverancia.

 

Si ya te dio Covid-19 y sobreviviste, y amas el fisicoculturismo dale gracias A Dios y sigue en tu lucha de recuperación, si amas este deporte cuídate y has las cosas bien.

La vida nos pone pruebas y recordemos que un mar en calma jamás hizo a un experto marinero.

Feliz inicio de año.2021